“El jueves me di el gusto supremo de viajar a La Plata a participar del picnik (sic) de 25 años del Taller C de Diseño – cátedra Filpe-, y de ver algunas de las palabras de este (an)archivo materializadas en mil y un maravillas de papel y cartón (pronto fotos y videos; aquí un adelanto). Y viví el lujo de finalmente engentarme (N61P10) con lectoras de las de ida y vuelta, y también con quienes hicieron de las palabras otra cosa. Me regalaron veinte microediciones únicas, stickers y bebidas, oreos y cerealitas. Sara Guitelman, artífice de esta materialización, sumó una palabra: destinación, que toma del Indiccionario de lo contemporáneo.
“Es una categoría estética que en los últimos años tiene bastante pregnancia en la filosofía y el arte, porque habla de vivir una situación común, en la que se vuelve relevante el para quién escribimos, hacemos, producimos el arte”, dijo Sara. “Una preocupación por la cuestión relacional y lo comunitario, es decir, cómo vivir juntos con la conciencia de una época turbia e incierta en la que todos estamos metidos. Antes que la función poética, dicen, se privilegia la fática y la conativa. Se abre una brecha en las formas de la vida contemporánea mediatizadas por el consumo: un intercambio inesperado, un espacio libre de los usos impuestos. Ahí pensaba, justamente, en cómo lo fático y lo conativo se vuelve poético también.” “Poiético, más que poético, en el sentido de hacer”, intervino Graciela Goldchluk. “Tal cual”, dijo Sara. “Me parece interesante que la motivación de este gesto político de poner en tránsito las cosas, de generar un encuentro, tiene que ver con la necesidad de ver cómo salimos de esto. De construir otro tipo de comunidad, escapando a las lógicas de los consumos. De llevar el arte más a una posibilidad de habitar, que, como se planteaba por ejemplo en la modernidad, de transformar. Ahora se está planteando, dada la crisis que vivimos, cómo habitar esto: cómo pasarla”.
Nada más lindo que el deseo en movimiento. Gratitud eterna a Sara y a toda la cátedra por redestinar las diezpalabras, ponerlas a andar.