El mismo año en que la OIM empezó a contar muertes en el Atlántico, una organización se puso a monitorear las noticias sobre quienes migran. “Red Acoge ejecuta desde el año 2014 el proyecto Inmigracionalismo, con el objetivo de mejorar el tratamiento mediático de las migraciones. Para ello y cada año, contamos con un equipo multidisciplinar de profesionales encargados de analizar las informaciones sobre migración publicadas por medios impresos españoles, pero también de formar y sensibilizar a los agentes clave del proceso de comunicación, con el afán de promover la generación de un discurso libre de odio, estereotipos y prejuicios hacia las personas migrantes”, se explica en el sitio de Red Acoge, donde presentan su informe 2021. En su cuenta de Twitter comparten análisis de noticias; por ejemplo, alertan sobre el uso de formas despectivas como MENA (N38P06) o simpapeles (N61P06).
Tardé en entender el término: pensé que unía “inmigración” y “nacionalismo”. Pero no: marca el ayuntamiento de Barcelona que es “el sensacionalismo antiinmigración en los medios de comunicación”. Explican: “Las palabras inmigración y sensacionalismo por separado tienen un significado claro para todo el mundo, pero desde 2014, la Red Acoge decidió juntarlas en una única palabra: ‘inmigracionalismo’. Este neologismo se refiere tanto al sensacionalismo existente en las noticias sobre inmigración, como a la manipulación informativa que se ejerce sobre la inmigración, tendente a producir miedo, odio o confusión.”
No soy la única confundida, parece. Buscando el término en Twitter, encuentro un uso divergente en 2019, en Chile. “Esto [un aumento de personas extranjeras autorizadas para votar] está pasando en Uruguay y lo q está esperando pronto la izquierda chilena: masa votante migratoria! #inmigracionalismo”.