Otra que capitalismo revolucionario: en América latina quienes buscan los recursos naturales piden lo imposible y lo obtienen.
No hay por dónde empezar a contar lo de Chubut estallado, baleado y gaseado, diciembre nunca indiciembre en la pelea infinita por el agua, donde una y otra vez quienes cierran los acuerdos dicen que escucharán a la ciudadanía y una y otra vez ignoran las manifestaciones de cientos de miles, sancionan leyes oscuras, de apuro, en diciembre, y después sueltan la represión y abren fuego. Si a mí me agota leer y escribir sobre lo mismo una y otra vez, no me quiero imaginar el agotamiento de recibir una y otra vez los bastonazos, las balas de goma, o la notificación de que va a haber que racionar el agua por emergencia hídrica (N48P05) como pasó en Chubut en agosto y pasa a cada rato, o de saber que esa emergencia ya es crónica porque el agua se destina a la minería, como contaba ya hace muchos meses María Victoria Amadeo desde Mendoza. Ya hablamos el año pasado del absurdo de la noción de “licencia social” (N13P03); también de la rezonificación (N17P05), de rosca (N17P06) y del Chubutaguazo (N23P01). Hace justo un año Chubut estaba en llamas, hubo manifestaciones, se juntaron 30 mil firmas; después agite, represión, y se logró parar la rezonificación. ¿Cuánto tiempo puede una comunidad vivir en estado de movilización y alerta permanente? En Chubut llevan dos décadas. Un año después, la ley se aprueba literalmente a sangre y fuego. “Vengo con la lucha minera hace más de diez años. Se nos cagaron de risa en la cara a todos. Nos cagan a tiros”, llora un hombre con veinte perdigones en el pecho. “Es una vergüenza esto. Las marchas pacíficas, las firmas… no sirvió para nada. Por ir a reclamar nos cagan a tiros”.
“Al capitalismo ya no le interesa la legitimidad. Es un procedimiento en vías de automatización que requiere fuerza bruta”, tuiteó Ezequiel Gatto. Lo que Rolnik llama Capitalismo rufián o mafioso no es la excepción sino la lógica dominante”.