Me encanta que la aristocracia lectora considere que Charly marcó el año. Concuerdo plenamente. Y qué alegría recordar la alegría, por una vez.
La palabra Charly no había salido, pero salieron en cambio muchas en honor a él en el número 59, el del 23 de octubre, su cumpleaños número 70. Empecé a escribir antes de que empezara el día, y cuando ya estaba terminando tuve que interrumpir para sumarme a la fiesta, y bailé y canté y lloré, y volví toda encendida siete horas después a cerrar la cartita.
Qué decir de la palabra Charly: que en Argentina es unívoca, como Diego, aunque haya infinidad de Charlies y de Diegos (y por favor este video). Un nombre que siempre tiene filo, siempre en llamas, siempre verdad, decíamos en tentempié (N59P08): la antena (N59P09) absoluta. Conté mi historia de gratitud adolescente forever en prepararás (N59P01). “El que dice las cosas a tiempo no hace el negocio de la memoria sino el del futuro”, dijo Martín Rodríguez, y dijo también: “La palabra de Charly es inconsciente” (N59P02). Florencia Angilletta aseguró que Charly “vino con la democracia de mercado bajo el brazo en Clics modernos”, en referencia a Rucci (N59P03). También afirma que vivió resucitando (derecho a esa canción que decía “me tiré por vos”).
Charly, la máquina de mirar distinto. Nuestra máquina. Siempre atento a “esa cosa que te hace vivir” (N59P10).
La entrada es gratis, la salida vemos. No importa: hay costos que vale la pena pagar.