En La Sociedad Errante, Keri Smith cita la definición de diccionario de “errar”: “caminar, explorar o deambular sin planificación ni objetivo, con una plena apertura (N67P10) a lo desconocido”.
Después dice: “El errar no se refiere a ningún lugar o destino particular, no consiste en llegar de un lugar a otro ni en el movimiento como medio para un fin. Antes bien, consiste en dejar vagar el alma y la mente”.
El libro invoca a Walt Whitman, “errante extraordinario”.
“El errar es un estado de ánimo así como un acto físico. Puedes elegir adoptarlo siempre que lo necesites. Implica una inmersión plena en la situación en curso, una disposición a estar abierto a lo que surja, a lo que te encuentres en cada momento. Es existir en un estado de ingenuidad en el sentido más genuino del término, sin presuponer nada sobre aquello que observas.
Errar es introducirse en un espacio de existencia únicamente en el momento presente. El único requisito es que observes y experimentes en directo lo que tienes delante (frente a la participación indirecta o virtual).
Errar es dejar atrás las complicaciones de la vida. Puedes olvidar por un tiempo a la persona que se supone que eres y llegar a ser aquél que eres en realidad, sin el lastre de los deberes, las obligaciones y las recriminaciones. Errar es acceder a tu verdadero yo.”
El título original del libro es The Wander Society. Wander, de wanderlust, cerca de la gula geográfica (N57P10) y de wonder, maravilla (y también preguntarse, “and I wonder”): andar, deambular, vagabundear. La traducción por “errar” es polémica, polisémica. Errar es humano. Pienso en el Manifiesto Errorista: el error como camino. Al errar, en el sentido de Whitman, no hay error posible.