Es una traducción literal del francés mot valise, “una palabra formada por la fusión de al menos dos palabras existentes de tal manera que al menos una de estas aparece truncada o incluso irreconocible”, según la Wiki en francés. Se da como ejemplo franglais; es fácil pensar en spanglish. Pero no tan rápido: un poco después se define la mot valise como “amalgama léxica” con definiciones variables en base a distintos tipos de contracciones. La contracción morfológica ensambla dos palabras sobre una sílaba común, llamada ‘bisagra”; el ejemplo es “caligrama”, de caligrafía + ideograma, armada sobre “gra”. La morfofonológica se basa en “un segmento común, que puede ser una sola letra”. En “spanglish”, la bisagra es la n. Y después viene la contracción semántica, más floja de papeles, que invoca “un sentido común”. Ahí entraría “portuñol”, ya sin bisagra; estamos en el terreno de los acrónimos. Hay quienes usan “acrónimo” para todas las palabras-valija. Aguafiestas.
¿Pero por qué valija? Parece que mot valise es un calco del término inglés portmanteau (de origen francés). Y que la culpa la tiene Lewis Carroll.
“Well, ‘SLITHY’ means ‘lithe and slimy.’” (“Bueno, ‘SLITHY’ significa ‘ágil y viscoso’), le dice Humpty Dumpty a Alicia en Detrás del espejo. Y le explica: “Como ves, es como un portmanteu: hay dos significados empaquetados en una palabra”. Portmanteu era una valija con dos compartimentos. A su vez es un acrónimo o palabra compuesta de porter (llevar) y manteau (capa).
Algunas palabras-valija del anarchivo de diezpalabras con la bisagra más o menos clara: covidiota, covinvicta, feminazi, googleclipse, memeconomy, rurbano, psiquímica, sexnología, sextear, shottery, Traicioni. Después hay otras, como libridinoso, orangegutan, plandemia o progretariado, donde veo lo contrario de una bisagra: una sílaba tomada, hackeada por una letra. Una palabra parasitada por otra.
“El objetivo del mot-valise es hacer un juego de palabras o enriquecer la lengua”, se dice en la Wiki en francés. Una sonrisa mental al escucharla o leerla. “La palabra valija es una super palabra ficticia que guarda en su interior un revoltijo de palabras ‘reales’ que se van combinando extrañamente entre sí”, decía Horacio González. “Estas valijas no son para los aduaneros o policías de fronteras sino para los inquietos militantes de la crítica política.”
También hay quien le dice shippear, por extensión, a armar mot-valise con nombres de parejas, como el histórico Brangelina. De la valija al barco: viajar con palabras.