Una playa es playa como un plato playo.
Me acordé de un texto de Evelin Heidel del verano pasado. Comentaba su experiencia editando el artículo dedicado a “Playa” en Wikipedia en español.
“Una de las cosas que me empezó a molestar más y más a medida que iba mirando el artículo es que todas las fotos eran de playas espectaculares y limpias y tropicales. Las playas del mundo se ven así de limpias solamente en verano, cuando pasan los camiones a recoger la basura que se va acumulando con la correntada. Y la mayoría de las veces ni con eso alcanza. (…)
Los sea beans (…) es como le llaman los yanquis a las semillas de deriva (es decir, a las semillas que son arrastradas por la corriente). (…) Nos largamos a caminar por la Isla del Padre [Texas]. A poco de andar me percaté de que ahí donde había pequeñas montañitas de microplástico seguramente también se podían encontrar las benditas sea beans. Porque el mar arrastra todo: las semillas pero también el plástico, el petróleo, los fertilizantes, y muchas otras cosas, como cadáveres. Tratamos a las playas y a los océanos como si fueran nuestros grandes basurales a cielo abierto. (…)
Pablo de Redes de la Tierra decía que el artículo de Montevideo ‘está escrito como un folleto turístico’. El artículo de Playa pecaba de lo mismo. Soy una aguafiestas, lo sé, llenando con fotos de pingüinos empetrolados y montañas de basura un artículo al que la gente quizás va a buscar fotos de ensueño”.