Hay palabras que vienen a decirme cuántos mundos existen sin mí (spoiler: infinitos, casi todos). Como ñeris: la vi por primera vez en este post de Dana Batista en defensa de los humedales (N55P05). Pero en 2018 ya salía en “el diccionario millennial para entender a los adolescentes”. (Según Pew Research, le millennial más joven se acerca a los treinta.). Decía Infocielo: “Ñeri: Proviene de la palabra compañero para referirse a los amigos, de compañeri. ‘¿Todo piola, ñeri?’”.
Dos años más tarde, Trueno sacó la canción “Ñeri“: “Hoy salgo con mis ñeris / Estamos yendo pa’l club, mamichula”. Trueno no es millennial: nació en 2002.
La Asociación de Academias de la Lengua Española registra “ñeris”, en su Diccionario de Americanismos, como propia de México y Honduras: “Im-f. Mx, Ho. Amigo íntimo, compañero inseparable.” Figura con la s (“ñeris”, no “ñeri”) pero en singular.
El Wikcionario (linda palabra-valija) la da como propia de Uruguay y Argentina. “Existen varias versiones del origen, una es de compañeri, italianización de “compañero” (…). Fuentes dicen que fue desarrollado en las minas de carbón, aunque otros dicen que es una palabra de origen qom, o de origen guaraní (ñe’êndy).”
En 2019, Irene Amuchástegui cubrió el Congreso de la Lengua y tituló, para El País de Uruguay: “El día que el ‘ñeri’ se escuchó en Córdoba”. “Desembarca el ‘ñeri’ en el cónclave mundial del español: esta variedad del habla que es común entre menores detenidos por delitos en Montevideo, tan cerrada en sus particularidades sociolectales que ‘la radical incompatibilidad entre los idiomas empleados entre los adolescentes indagados y los operadores judiciales no cedió, ni ante la intervención de traductores especialmente preparados para dicha tarea’”. Salí tras una palabra y vuelvo con un sociolecto.
“El lenguaje “ñeri” afecta las audiencias en los juzgados”, titulaba El País en 2018. “Ha ocurrido (…) que los adolescentes dicen una palabra en su jerga que no es entendida por los operadores judiciales. ‘Cuando les preguntamos qué significado tiene, no saben decir un sinónimo. No conocen otra palabra’, explica la jueza.” Bue.
De 2018 es la novela Ñeri, de Juan Solá. La “contratapa digital” arranca: “”Cuando estás preso no podés llorar tranquilo”. Solá es entrerriano.
“Ñeri o amistad: compañero, amigo”, dice el Diccionario Plancha publicado en 2012 en InSitu, de ORT Uruguay.
Ya en 2004 “ñeri” aparece como “m. lunf. Amigo, compañero” en “1001 palabras que se usan en la Argentina y no están en el Diccionario del habla de los argentinos”, compilado por Nora López.
Vuelvo al post de Dana. Ñeri me sonaba a compañero (una palabra que carga peronismo y, si cabe, setentismo), y leí la -i final como una forma del inclusivo, cariñosa o chistosa. Les ñeris, decía Dana.