“El recién llegado era un ‘entreno’, es decir, estaba coordinado por un entrenador que lo hacía parte de su equipo”, cuenta Victoria De Masi en una completa nota sobre la trayectoria de Cositorto, en ElDiarioAr. En este fragmento detalla su construcción de una compañía de venta directa, Oportunidad en Red, en 2006. “Si el entreno tocaba cinco campanas [alcanzaba los objetivos de venta] durante cinco días consecutivos, se convertía en entrenador. Si tres integrantes de su equipo tocaban campana, el entrenador pasaba a ser supervisor y podía cobrarle a su equipo el 5% de la ganancia que generase. Si los hacían cinco de su equipo, el supervisor pasaba a gerente y estaba habilitado a abrir una oficina. Quien abría tres oficinas, era gerente regional.
‘Era muy difícil tocar campana así que muchos de nosotros nos auto-comprábamos los productos para no perder la regularidad de los cinco días. Con las semanas, ‘agotábamos el territorio’, es decir, la gente ya nos conocía o conocían a alguien que nos había comprado los productos, que eran muy truchos. (…) Nos paró la policía mil veces. Había barrios a los que con el tiempo ya no podíamos ir. Y te apretaban si no lograbas el objetivo’, contará Antonella.”
En un extenso hilo de Twitter, JulianaMercur cuenta su experiencia con Oportunidad en Red y define “entreno” con una ligera diferencia: “Me presente al otro día y ese era mi día del entreno … ya ese dia subí al 1 era piso donde todo muy amable me saludan y vestían traje. Hubo una charla motivacional y me mostraron el ‘negocio’ salí a dos cuadras con un ENTRENO ( la persona que te enseña el versito)”.
O sea que entreno vendría a ser a la vez quien entrena, quien es entrenade y el entrenamiento en sí. La santísima trinidad. El signo en su totalidad. O un sinsentido: cambiar el lenguaje es la forma más antigua del engaño. “La lengua es un órgano pequeño que hace maravillas”, dice De Masi que dice Cositorto que dice el apóstol Santiago.
De Masi relata que Cositorto aprendió de su padre a vender en la calle. La enseñanza principal: “Pierde el primero que baja la vista”.