De pronto un lugar del que la mayoría no teníamos idea hace un mes se vuelve el centro de atención del mundo. Tenía la palabra en borrador desde hace un par de semanas, mientras el conflicto entre Rusia y Ucrania crecía con sordina. Ahora ya está, ya estamos todes mirando. Así habrá sido alguna vez, me imagino, con Chernobyl, o con Saigón, con Waterloo, o incluso con Maipú y Chacabuco (¿por qué estudiábamos “nombres de batallas”?). De hecho, googleo Donbass y el primer resultado es “Guerra del Donbás”. Una guerra es, entre tantas otras cosas, un montón de palabras. Y una forma de conocer el mundo.
Wiki: “La cuenca del Donets, Donbás o Dombás (en ucraniano, Донбас; en ruso, Донбасс), es una región histórica, cultural y económica del este de Ucrania. La palabra «Donbás» es un acrónimo formado a partir de «Donetski» y «basséin» (en ucraniano, Донецький басейн; en ruso, Донецкий бассейн) que significa cuenca del Donets, el río que discurre por este territorio.” ¿Tendrá algo que ver basséin con bass, bajo? “La Cuenca del Donets ha sido una importante zona de la minería de carbón desde finales del siglo XIX, cuando se convirtió en un territorio fuertemente industrializado. Sufre de deterioro urbano y contaminación industrial.” Es la zona donde se instalaron los cosacos del Don desde fines del siglo XIV, y donde se viene calentando el separatismo prorruso desde 2014.
“El Donbass es una región donde se habla ruso, donde la población es étnicamente rusa; es una región muy industrializada y muy urbanizada, a diferencia del resto de Ucrania”, contaba Ignacio Hutin a Ernesto Tenembaum en Radio con Vos, el jueves. “Es una zona completamente llana, muy identificada con el carbón, con la industria del carbón. Tanto es así que la bandera de la República Popular de Donetsk tiene una franja negra, y que el club de la ciudad se llama Shajtar. Shajtar significa ‘minero’”.