Leo el extraordinario Diccionario de Ruso de Marina Berri, publicado por Dábale Arroz.
“Con Iulia empezamos a traducir del ruso textos de un manual de español.
A veces me sorprende lo difícil que es. Mientras más tonto, mientras menos dice el texto, más difícil de traducir. Notable.
Yo me acuerdo vagamente de que el alma en ruso se cae. Tengo que traducir que alguien se desanima y pongo дух падает (duj pádaiet). Iulia me lo corrige, me dice que eso no existe.
Le digo que me suena.
Me dice que no, que bueno, que a veces el alma se cae a los tobillos, pero eso es cuando uno se asusta. No cuando se desanima.
Está bien. Puedo inventar ese tipo de cosas.
La semana siguiente lo encuentro en un podcast. Solo que no es que el alma cae, sino que se cae con el alma, bah, tampoco es precisamente el alma, es más bien el espíritu: пaдaть дyxом (pádat dújam).
Le mando la captura de pantalla. En la foto hay una mujer que se agarra la cabeza y abajo está la expresión escrita.
Ahhhh, me dice, sí, sí existe.”