¿Será Bucha uno de esos lugares que quedan marcados para siempre por la tragedia, como Chernobyl, o Napalpí, o Guernica? Pongo en Google “la masacre de” y “Bucha” es una de las primeras opciones. Ya tiene su página en Wikipedia en español. “La masacre de Bucha fue un asesinato masivo de cientos de civiles en la ciudad ucraniana de Bucha de cuya autoría se acusa a las Fuerzas Armadas Rusas, que participaron en la invasión rusa de Ucrania de 2022 y mantuvieron control de la ciudad entre el 27 de febrero y el 31 de marzo.
El Gobierno de Ucrania denunció que se trataba de una de las mayores masacres cometidas en Europa desde la Segunda Guerra Mundial, mientras que desde Moscú se negó la veracidad de los hechos. La masacre de Bucha fue calificada como genocidio por el gobierno ucraniano y parte de la prensa internacional”.
Precisamente sobre Guernica habló Zelensky, el presidente ucraniano, que acomoda sus palabras a cada audiencia en un ejercicio de pathos asombroso: al congreso estadounidense le habló del 11 de septiembre; al alemán, de los nazis; al israelí, de Golda Meir. Y a España, de Guernica, faltaba más; ese lugar conocido por una masacre vuelta cuadro cubista, mujer de grito al cielo, caballo roto. “Estamos en abril de 2022, pero parece que estamos en abril de 1937, cuando el mundo se enteró del ataque a su ciudad”, dijo.
Las primeras imágenes de la masacre inundaron las redes el sábado 2. Las Naciones Unidas expulsaron a Rusia del Consejo de Derechos Humanos, por crímenes contra la humanidad. No les importó que Rusia adujera que no fue su ejército, que esos cadáveres que se encontraban por doquier al costado de las rutas o en fosas comunes, con las manos atadas, “estaban plantados”. El secretario general de la ONU, Antoni Guterres, pidió “una investigación independiente”.
Zelensky va por más: quiere juzgar a Putin en la Corte Penal Internacional. Pero Rusia no reconoce la jurisdicción de esta corte. Como China, India, Israel, Irak, Cuba y Estados Unidos.