“Las últimas guerras –Libia, Afganistán, Irak– han supuesto el nacimiento de una nueva cultura de la guerra. Críptica. Autónoma. Desregularizada, como todo, y sin ejércitos regulares. Esta otra guerra, absurda, pero carente de lenguaje, es también una ruptura. En el otro lado. O en el antiguo otro-lado. Esa ruptura, y este es otro peligro, puede entrañar otras. ¿Ha desaparecido la cultura nuclear soviética? Putin y sus altos mandos, ¿carecen o poseen aquellos mecanismos para no iniciar una guerra nuclear? Y, por lo mismo, ¿EE.UU. y Rusia aún poseen algo de la lejana Guerra Fría, que permitía a ambos bandos ganar, esa cosa distinta a vencer?”
Guillem Martínez, “Crimen y lenguajillo”, en CTXT.es