Esta semana Finlandia y Suecia anunciaron su intención de sumarse a la OTAN. En respuesta, el vicepresidente del Consejo de Seguridad de Rusia, Dmitri Medvedev, dijo que si eso pasa “ya no se podrá hablar de un Báltico sin armas nucleares y el equilibrio deberá ser restablecido”. Sutil.
Otra vez el chistecito nuclear. Me acordé de un párrafo del artículo “Crimen y lenguajillo”, de Guillem Martínez en CTXT.es, que ya cité varias veces.
“¿Putin es MAD –siglas en inglés de la alocución Destrucción Mutua Asegurada, esa meditación que tanto dio de sí durante cuatro décadas–, o está mad? Esa duda ya es un arma. De Putin.”