La campaña de supermercados Día dice: “Con Día llegás”. Y tiene variantes; la que me llamó la atención decía “Llegás al final del ticket”. Que evoca, en la memoria colectiva o por lo menos en la mía, al bendito “Llegás a fin de mes”. El tiempo como lugar. El tiempo puntuado por el capitalismo, como en aquel slogan de “me sobra mes al final del sueldo”.
Hace unos años había una revista en papel llamada Llegás a Buenos Aires (hoy con versión digital). Tenía notas, pero también y sobre todo agenda: recomendaciones de teatro, fiestas, restaurantes, películas, música. La famosa vida cultural de la ciudad. Eso era llegar: llegar a la fiesta. Por no arrancar con los sentidos sexuales del verbo (junto a otros verbos de movimiento como ir o venir, según el dialecto).
“Llegás” solía asociarse a objetivos, especialmente los difíciles de alcanzar. Llegar al Colón. Mamá, llegué.
Hoy el aspiracional que se publicita, el objetivo, es llegar a fin de mes. O, nomás, ese sueño tan preciado de no tener que estar pensando en plata todo el tiempo, algo que en un país con inflación es una utopía. “En tiempos de incertidumbre económica, dar certezas es valioso”, dice diplomáticamente a Ámbito Analía Mikati, Directora de Marketing y Fidelización de DIA Argentina. Lo cotidiano se vuelve mágico; hay que hablar de cómo conseguir lo que antes, de tan obvio, ni se mencionaba.
Hace un mes me encontré con un conocido del mundo de la gestión cultural, con el que años atrás habíamos coorganizado un evento. “Ahora el tema es cómo comprar la comida”, me dijo.