“Ahora están de moda las superapps”, dijo Samuel Castro en una clase, “apps que sirven para todo”. Me puso a buscar.
El primer ejemplo es WeChat, la compañía china con más de mil millones de usuaries. Como su nombre indica, nació como app de comunicación en 2011 –en chino se llama 微信;, “mensajito”-, pero muy pronto fue mucho más. En China WeChat se usaba absolutamente para todo: para comprar y vender, para redes sociales y para todo tipo trámites, casi como documento nacional de identidad. Según la BBC, en 2021 ya ofrecía más de un millón de servicios de terceros. Incluso a través de WeChat se implementó el famoso sistema de scoring social chino. Comunicación + comercio + ciudadanía digital, todo en uno: en un país con férreo control del estado, tiene sentido.
En Indonesia, Gojek pasó de ser una app de viajes en moto a sumar autos, pedidos de comida y pagos. Eso está pasando con Rappi en Colombia, hoy. “Un usuario colombiano puede pedir comida, tomar un taxi, reservar un patinete eléctrico, abonar el SOAT (seguro obligatorio de circulación del coche), pedir un ‘rappi favor’ (que alguien venga a casa a sacar a su mascota) y hacer una transferencia con Rappipay”, explica Nacho de Pinedo, CEO de la escuela de negocios ISDI, en un artículo publicado por el BBVA. Caramba.
“Todo el mundo quiere ser una superapp” es la tendencia número 1 del top ten de tendencias para bancos 2022 de Accenture. “Las superapps están dominando más aspectos del mundo digital y de la interacción humana”, dicen. Apptadura (N83P01) intensifies.
En México se lanzó la superapp Baz, del Grupo Salinas, dueño de TV Azteca y Banco Azteca, entre otros activos. ¿Quién ganará la carrera en Argentina?
El post de BBVA enfatiza: “Si una persona en Europa quiere, a través de su móvil, pedir un servicio de transporte, ordenar comida a domicilio, renovar el seguro del coche o hacer una transferencia bancaria a un amigo, debe tener instaladas varias ‘apps’ distintas. No es el caso si esa persona reside en Asia o en América Latina”. Esa manía europea de defender la privacidad y combatir los monopolios.
“El objetivo es tener la vida en la palma de tu mano”, postula Nini Johanna Diaz, responsable de Operaciones de Negocio de Rappi.
Dice la prensa: “One app to rule them all”.