Hablando de tecnología de captura de imágenes. La palabra “captura” no es casual. El New York Times titula: “Un motor de búsqueda facial genera preocupación por la privacidad de los usuarios”. Y en el copete: “PimEyes es un servicio que encuentra fotos en internet, incluidas aquellas que las personas no quieren que se muestren en las búsquedas. ‘Solo somos proveedores de una herramienta’, dijo su propietario”. ¿Suena a algo?
“Por 29,99 dólares al mes, PimEyes ofrece (…): la capacidad de buscar un rostro, con lo que se podrían descubrir fotografías ocultas que de otra manera habrían estado tan seguras como la famosa aguja en el vasto pajar digital que es internet”, dice la nota, escrita por Kashmir Hill.
PimEyes usa tecnología de redes neuronales para mapear los rasgos de un rostro con el fin de compararlo en busca de una coincidencia con caras de medidas similares; cuantas más fotos procesa, más aprende. En el sitio de la empresa, se cita a la BBC: “PimEyes es el reconocimiento facial con esteroides”.
“El nuevo propietario de PimEyes es Giorgi Gobronidze (…) Su interés en la tecnología comenzó por los ciberataques rusos contra su país natal, Georgia”, cuenta Hill. “Gobronidze piensa que PimEyes puede ser una herramienta para ayudar a la gente a monitorear su reputación en línea. (…) Se supone que los usuarios solo deben buscar sus rostros o las caras de las personas que han dado su consentimiento (…). Sin embargo, señaló que dependía de que la gente actuara ‘de manera ética’ (…). PimEyes no tiene controles para evitar que los usuarios busquen un rostro que no sea el propio y le indica al usuario que pague una suma importante para impedir que las fotografías dañinas generadas por las malas decisiones de una noche lo persigan para siempre.”
Gobronidze considera peligroso que el reconocimiento facial sea un arma solo para los gobiernos, y asegura que lo pone “al alcance de todos”, para proteger la privacidad. Muches consideran que lo que hace es extorsión.