Si el peligro vial está en las intenciones humanas, ¿podría resultar más seguro un tránsito automatizado? Pronto lo sabremos.
“La empresa Cruise, respaldada por General Motors, obtuvo la semana pasada la luz verde de los organismos reguladores de California para operar un servicio comercial de robotaxi en San Francisco, lo que marca un hito en el desarrollo de los vehículos autónomos”, escribía el lunes Joann Muller para Axios. “Los desarrolladores de vehículos autónomos han gastado decenas de miles de millones de dólares para desarrollar y comercializar la tecnología de autoconducción. Aunque Cruise todavía es un negocio incipiente, su servicio de taxi sin conductor será el primero en una ciudad estadounidense densamente poblada cuando se ponga en marcha en las próximas dos semanas”. La aclaración de “densamente poblada” viene a que Waymo, de Alphabet (la empresa madre de Google), lleva un año y medio prestando un servicio de robotaxi en los barrios de las afueras de Phoenix. También está tratando de obtener una licencia de robotaxi en los entornos más concurridos de San Francisco -y, por tanto, más difíciles-.
Ahora, Cruise podrá ofrecer un servicio de transporte sin conductor con una flota de hasta 30 vehículos eléctricos Chevrolet Bolt. Eso sí: el servicio está bastante limitado. Solo funciona en un tercio de la ciudad, excluyendo el centro y las autopistas, y por ahora solo de noche, de 22 a 6. La velocidad máxima es de 50 kilómetros por hora, y el servicio se cancela en caso de lluvia intensa, niebla o humo. Chevrolet calcula que en algún momento ganará más con el servicio de transporte que con la venta de autos.
No estarán a solas en el negocio: También Zoox, una empresa comprada por Amazon hace dos años, planea poner robotaxis en las calles.