“Me gustó la palabra desincautados”, me decía en un mensaje del domingo Julieta Krapovickas. Como las casualidades no existen, citaba un tuit de Sitios de Memoria Uruguay con esta imagen que dice ante todo “Desincautados”. Y después: “A 49 años del golpe de Estado, se hará entrega al PIT-CNT, de materiales históricos desincautados de los archivos de la represión”.
La colección de documentos se llama “Desincautados del movimiento sindical”. Casi casi un nombre de murga. “Esta colección reúne materiales de prensa y propaganda (publicaciones, volantes, afiches) que fueron incautados a militantes sindicales por las fuerzas represivas durante el terrorismo de Estado. La mayoría de estos documentos fueron obtenidos en requisas, detenciones y allanamientos durante la dictadura y los años autoritarios previos”, se dice en el sitio. “La tarea de ubicación y clasificación de los materiales en los archivos digitalizados de la represión se realiza de forma continúa en colaboración con la organización de Madres y Familiares de Uruguayos Detenidos Desaparecidos”.
Desincautados: el prefijo yendo a anular lo que el participio había hecho. Alguien incautó, alguen desincautó.
Los documentos están clasificados por año. El primero es este de 1958, un papel mecanografiado, roto y vuelto a pegar. “Denunciamos!”, de S.U.D.O.R (!), el Sindicato Único de Obreros Rurales. El último, el volante “Viva el 1 de Mayo”, de 1982.
Dice en el sitio: “Hacer que estos documentos estén disponibles ampliamente es una forma de recuperar la memoria y de homenajear a las trabajadoras y trabajadores que construyeron la unidad sindical y resistieron el autoritarismo y la dictadura”.