Otra del texto de Mara Viveros Vigoya sobre Francia Márquez, publicado en Anfibia. “Francia Márquez no solo rompe con la manera convencional de interpretar lo político, es decir las relaciones de poder, autoridad y legitimidad, sino con el modo de hacer política. Su quehacer político se inscribe en la genealogía de las prácticas ‘amefricanas’, para nombrarlas con el vocabulario que nos legó el pensamiento de Lélia Gonzalez. Estas prácticas tienen la capacidad de volver audible la presencia efectiva, pero encubierta y silenciada, de esas y esos nadies, negados como sujetos con agencia política. Francia Márquez ha transformado la política colombiana habitando y enarbolando, con orgullo y placer, las banderas de la amefricanidad, con sus epistemologías, historias, estéticas y formas de sociabilidad propias. Ha desarrollado un proceso pedagógico que ha puesto en evidencia la neurosis social que produce la constante negación de la ancestralidad amerindia y amefricana de la historia, cultura y subjetividad colombianas, y más ampliamente latinoamericanas.”
“La Amefricanidad es una categoría geopolítica y sociocultural acuñada por la gran Lélia González, que aparece como una propuesta hermenéutica para repensarnos nuestras experiencias y dolencias propias de este territorio, que hoy denominamos América Latina”, dice Alejandra Pretel en Afroféminas.
En el artículo que Wikipedia le dedica a Lélia Gonzalez, leo: “La antropóloga afrodescendiente fue de las primeras en la región en hablar de la intersección entre las categorías raza, género y clase social en la vida de las mujeres negras mediante su concepto de amefricanidad. Este concepto invita a repensar las interrelaciones entre ‘raza’ y la cultura latinoamericana como un proceso sociohistórico de resistencia y reinterpretación de los modelos culturales incorporando el modelo africano, y de esta forma se constituye la identidad interseccional de una mujer negra afrodescendiente en América Latina.” Gonzalez hablaba de “Améfrica Ladina”.