10. Tanabata

de todos modos el río
está cegado aquí
tiene una sola orilla
y cada vez
se es más inteligente
quiero decir más triste

“La noche de Tanabata”
Susana Villalba

Encontré estas líneas en un tuit.  
Lo leí otra vez.
Al final de la tercera pasada me esperaba la palabra del fondo. Tanabata. La puse en Google y pum: era esa noche, 7 de julio. La noche de Tanabata, la fiesta de las estrellas en Japón.
Así lo cuenta Héctor García: “Tanabata (七夕: siete, noche) es la festividad de las estrellas que se celebra hoy, día siete de julio en Japón. (…) Se celebra el encuentro de las deidades Orihime y Hikoboshi representadas por las estrellas Vega y Altair respectivamente. Según la leyenda, la Vía Láctea separa a Orihime y Hikoboshi, están enamorados pero no pueden estar juntos por culpa de nuestra galaxia. La Vía Láctea solo les permite verse una vez al año: el séptimo día del séptimo mes lunar”. 
Esta festividad se celebra escribiendo deseos en papelitos de colores (短冊, tanzaku) y atándolos a las ramas de árboles de bambú. “Estas y otras decoraciones que simbolizan a los dos amantes, como diminutos kimonos de papel y redes o símbolos de buena suerte como bastones, se queman después de la noche del 7 de julio, con la esperanza de ver que esos sueños se hagan realidad”, dice en JapaEs. Siempre y cuando no llueva esa noche. 
Encuentro que el poema de Villalba (publicado en Diario de Poesía N° 41 en 1997, pág. 32) es mucho, mucho más largo. Empieza así:
Es la noche
de Tanabata
pero yo no sé dónde está
la orilla del río
del cielo.
Ni el cielo
lo dice.
No sé cuál es el puente
que nos une
y nos separa.
Yo no sé qué pasó,
la vida no es un lugar
seguro.
No hay ceremonias,
los amantes unidos
por un hilo de plata.
Sueño con calles
en las que estás caminando
mientras sueño,
al despertar es tarde.
Yo no sé qué hacer,
el amor es animal.

Termina así:

Ahora sé
que está cayendo la noche
de Tanabata
como una noche
más.