De paso: el telescopio espacial más potente de la historia, construido durante 25 años por una coalición de la NASA, la Agencia Espacial Europea y la Agencia Espacial Canadiense con la colaboración de aproximadamente 17 países más, lleva el nombre de un señor. Se llama James Webb “en honor al funcionario del gobierno estadounidense que fue segundo administrador de la NASA entre 1961 y 1968, destacado por desempeñar un papel importante en el programa Apolo y por establecer la investigación científica como actividad central de la NASA”, según se cuenta en la Wikipedia. Aquí hay algo de su biografía. Lo que no se cuenta ahí es que Webb es actualmente cuestionado, y que hay colectivos pidiendo que se le cambie el nombre al instrumento.
“Por sospechas de que James Webb impulsó purgas anti-gay, piden que la NASA renombre a su telescopio estrella”, tituló Infobae el viernes. “El ex director de la agencia especial, cuyo nombre bautiza al telescopio que ha captado las imágenes inéditas del universo que se conocieron esta semana, fue funcionario durante los años que miles de personas LGBT+ fueron removidas de la administración pública”, dice el copete de la nota, escrita por Kirvin Larios. Luego explica: “Webb también sirvió como subsecretario en el Departamento de Estado de EE. UU. en la década del 50, período en que se llevó a cabo la persecución de homosexuales conocida popularmente como el “terror lila” (lavander scare, en inglés). Durante ese tiempo –pero también en las décadas del 40 y el 60– miles de empleados del gobierno federal fueron despedidos o presionados a renunciar a causa de su orientación sexual o identidad de género. “
Ya en marzo de 2021, les investigadores Chanda Prescod-Weinstein, Sarah Tuttle, Lucianne Walkowicz y Brian Nord publicaron en Scientific American el artículo “El telescopio espacial James Webb necesita ser rebautizado”. La NASA dice que está revisando la información. Parece que nadie resiste un archivo.