El viernes, Alejandro Tantanian, Oria Puppo y Andrés Gallina (Compañía U) presentaron el Diccionario Utópico de Teatros junto a Fundación Medifé. En él, 26 artistas desarrollan entradas de la A a la Z -del Teatro Antiguo al Teatro Zombi-, primero como videoperformances. Luego tomarán (también) forma de libro.
“Los diccionarios suelen tener cierta destreza para traicionar su forma aparente: la lexicografía diabólica de Ambrose Bierce, la fijación de los saberes triviales de la burguesía francesa del siglo XIX en el diccionario de Flaubert, la sátira auditiva del diccionario de Bioy, o el exonario de Jorge Mux, que alista 270 palabras que deberían existir, junto a muchos otros en los que cualquier neutralidad ha sido depuesta y lo que aparece, acechante, es una nueva lengua revelada. Pensamos, entonces, en un diccionario de teatro, hecho por artistas, que sea menos un dispositivo de fijación de sentidos que un artefacto de imaginación utópica”, decía Tantanian. “Entendimos que muy posiblemente el diccionario fuese, más que una brújula, otra forma de la pérdida. ¿Quién quiere definir qué? Reafirmamos que sería entonces un diccionario embustero, donde nada quedaría demasiado estable, transparente, cristalizado, donde no se fijaría el sentido de ninguna cosa. Se trata de un antidiccionario: lo que sucede es que la significación, como proceso, aparece puesta en marcha para desplazar cualquier estatismo del sentido.”
“Ahora vemos los videos y comprobamos algo: no eran entradas regidas bajo la lógica sucinta y parca que propone un diccionario. (…) Los diccionarios suelen ser un elogio de la concisión. El nuestro es más bien expansivo y moroso. Su motricidad es pretendidamente lenta. (…) Nos gustaría que sea, en algo, parecido a un diccionario: una fuente de consulta, un material bibliográfico (…), un libro virtual y físico con un afán didáctico. Que contenga, al menos un poco, la ansiedad de los lectores típicos de diccionarios: ir a buscar qué significa tal cosa y encontrarse, a cambio, con un ensayo que rodea la cosa.“