“Nos complace anunciar que @justlola ha ganado el Premio de Escritura Aleph 2022 por su ficción exofónica ‘Ministerio de Trabajo’. Lolita Copacabana es escritora, editora y traductora de Buenos Aires, Argentina”, publicó Aleph Press (en inglés). Felicité a Lola y le pregunté qué era una ficción exofónica. Respuesta: “de ‘exophony’, la práctica de escribir textos, generalmente literarios, en una lengua que no es la materna. (en este caso inglés.) hay palabra en castellano?”. Tuve que googlear.
Dice la Wiki: “La exofonía es la práctica de escribir en un idioma que no es la lengua materna. (…) El término (…) fue introducido dentro del campo de los estudios literarios y culturales por Susan Arndt, Dirk Naguschewski y Robert Stockhammer en 2007”. La etimología es transparente: voz de afuera, voz externa. Pienso en el sentido de “voz” como “palabra”. “Algunos autores exofónicos pueden ser bilingües o multilingües desde la infancia, incluso políglotas, mientras que otros pueden hablar en una lengua adquirida (…) en una etapa temprana, por ejemplo a través de la immigración, y no siempre está claro si el escritor debe ser estrictamente clasificado como hablante no-nativo. En otros casos, la lengua es adquirida mediante el exilio o la migración”.
Agrega la Wiki: “Es una forma de literatura transnacional (…) También se superpone con el translingualismo”. Plantea también un dilema: “La traducción de trabajos exofónicos pueden presentar problemas debido a la ‘desfamiliarización del nuevo idioma a través de la innovación estilística”’. Lola Copacabana coincide y agrega: “mi fantasía sexual para este texto sería que lo tradujera (a cualquier idioma) alguien no-nativx en la lengua ‘de llegada’”.
Me resulta inimaginable escribir en otra lengua. Y a la vez, qué fantasía enorme. Debe ser como ser otra. Como se es en los viajes, entre desconocides, pero más: ser otra hasta con una misma. Quién pudiera.