Un aporte de Antonella Risso. “Las partículas más chiquitas y peligrosas del humo. Las que ingresan al torrente sanguíneo. Ayer lo posteé. Son las que hay que medir en la contaminación del aire. Material particulado 2.5 por el tamaño”. Se refería a este hilo con mapas de calidad de aire que indican que respirar en el área metropolitana de Buenos Aires se tornó insalubre este viernes. Cita un texto de la organización BreathLife con las pautas de la calidad de aire de la Organización Mundial de la Salud (en traducción automática estilo Tarzán). “Material particulado fino (PM2.5) puede penetrar a través de los pulmones y luego ingresar al cuerpo a través del torrente sanguíneo, afectando a todos los órganos principales. Exposición a PM2.5 puede provocar enfermedades tanto en nuestro sistema cardiovascular como respiratorio, provocando, por ejemplo, ictus, cáncer de pulmón y enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC).” Se mencionan también retrasos en el desarrollo y problemas psicológicos varios.
Aclara la Wiki: “La materia particulada 2.5 o PM2.5 (por sus siglas en inglés, particulate matter) son partículas muy pequeñas suspendidas en el aire que tienen un diámetro de menos de 2.5 micras. La materia particulada incluye sustancias químicas orgánicas, polvo, hollín y metales. En concreto las PM2.5 pueden provenir de todas las clases de combustión, como la de los automóviles, camiones, fábricas, quemas de madera, quemas agrícolas y otras actividades Se les considera un contaminante atmosférico por sus efectos nocivos sobre la salud. Debido a su tamaño, las PM2.5 sólo pueden verse con un microscopio electrónico”.
“De todas las medidas de contaminación del aire, PM2.5 representa la mayor amenaza para la salud”, dice IQAir.
El viernes se midieron 189 microgramos de PM2.5 por metro cúbico en el área metropolitana de Buenos Aires. El dato se traducía al número 239 del índice de calidad del aire de Estados Unidos (US AQI index), considerado “muy insalubre”.