Ezequiel Gatto escribe sobre su gata. “Hace años que vivo con las puertas de mi casa -las que organizan las transiciones entre el adentro de la casa y el afuera y las que organizan las transiciones entre las diferentes habitaciones- abiertas. Las de las habitaciones, la del baño, la de calle, que da al pasillo del piso del edificio, y la del balcón, porque ahí está el baño de (entre cientos de nombre aquí la llamaré) Soul. Aunque a veces me muero de frío, o me molesta el ruido de la calle, o el humo de la quema de humedales invade todo, me gusta vivir con las puertas abiertas. Le imprime una continuidad a la casa y su contexto. La descapsuliza.(…)
Soul es el motivo de las puertas abiertas. Mientras que en el balcón está su baño, el pasillo es un territorio que disfruta durante los días cálidos y calurosos: sale a jugar, a saludar a los vecinos, a dormir la siesta. De no haber existido Soul, probablemente esas puertas permanecerían mucho más tiempo cerradas durante el día. (…)
En mi casa hay nueve puertas. De esas nueve, las cuatro del ropero y la del lavadero no parecen interesarle demasiado. En cambio con las otras cinco (calle, dormitorio, baño, balcón) tiene un vínculo más intenso. Si cierro esas puertas (…) Soul se para frente a ellas. Merodea, las toca con las patas, maulla, o se sienta a esperar que la abra. Pareciera que esas puertas no pueden estar cerradas en ninguna circunstancia. Cerrarlas es provocar a Soul. Cerrarlas es asegurarse que Soul pedirá que se abran. Y lo va a lograr, porque una gata siempre gana.
Lo que más me interesa de esa conducta de Soul es lo que sucede una vez que logró que se abra la puerta: raramente hace uso del pasaje reclamado. Cuánto mucho, entra y sale. Se retira, satisfecha. Mi conclusión es que Soul no pide salir, ni tampoco acceder a algo específico que estaría vedado por la puerta cerrada. Lo que exige es la posibilidad de pasar. Ya verá ella cuando actualiza esa posibilidad, no es asunto nuestro, no es asunto inmediato. Pareciera que cierta tranquilidad de Soul depende de esa situación de disponibilidad. Saber que, si quiere, puede. Eso es un poder muy valioso, porque es un poder sobre las posibilidades, un poder sobre el tiempo, un poder sobre el futuro.”